deja fuera de mí tu rabia,
creéme que con la mía basta.

cuesta imaginarnos algo bueno por estos días.

prefiero a los perros,
a esos del pelo grasiento.

buen mejor amigo.

oye tú, el más querido de todos:

vamo a comernos un york de chocolate, ni ahí que este apunto de llover

caminemos todos los nortes y los ponientes

de viña, riamonos de los perros chicos y las viejas cuicas

finjamos que somos pololos en los supermercados y pongamónos a pelear frente a la cajera,

hablemos más rápido que cualquiera.

ya, si, me puse mamona, feoculeao, pero vi esta foto, y vi lo todas las cosas

que nos-me-te han pasado

y la foto sigue mostrando lo que mejor podemos entregarnos.

sumar y restar, estaba bien
hasta que se multiplico todo
y se dividió lo que quedo.

te voy a matar weón.

por las noches, es (somos) otra cosa.

ideas bonitas y compartidas,

 sino es así,

no te voy a poder llegar a querer.

Había una niña llorando en la micro y parecía que nadie lo notaba, se encontraba cerca mío. Me miró y me di cuanta que era tan bonita, aún con los ojos rojos y la tristeza. A su lado había un hombre, aquel sujeto no la miraba, tenía la mirada fija hacia al vidrio, mirando nada, un real extraño, con quien no tienes nada, aunque estas así de cerca donde los pliegues del pantalón que se juntan, aún así él no estaba cerca de ella, nada de curioso, nada.
Yo la seguía mirando y me acorde de todas las veces que he llorado en una micro, me di cuenta que fueron varias: esa vez cuando me discutí con ella y me subí a la micro cansada de haberle gritado, de esa vez que te fuiste para Concepción y te deje de ver, cuando me aguante hasta el último momento para que no me vieras lloras y no te acordarás de mi así. Cuando pensaba esto me sentía en otro recorrido no en esa micro, justo en ese momento ella me miró; bonita... pensaba que no era ni un poco bonita al lado de ella.
Nos sonreímos, como si fuera un abrazo.

toma, mi risa de metro,  esa que es pasajera que dura poco como droga muy barata y que no sabemos de donde viene, la que encontramos en el cerro frente al mio... después de un rato termino por quedarme  en el otro lado de mi mente,

 si me conocieras así.

anoche (esa) noche
me invitaste a ser un gato
yo como que dude, como siempre
no obstante, terminamos en un techo
rodeando los tejados
hasta la 6
ronroneando.

Su revolución era la más linda, por la fe que le tenía.

llegué tan tarde, y como siempre me muevo por mi super "ideología" que casi nada me importa tanto como para correr por ello, es cuando me veo corriendo, y como no sé correr, porque no logró poner en acuerdo
a mis dos pies y a mis dos brazos, por lo que cada uno anda por las suyas, nada funcional, pero bien
tonto, es cuando me doy cuenta que me importa

(s)

(y como siempre todo lo que pensai se te va la chucha)

sentir que por fin te moví
esto de esperar 3 años para volver a sentirse así.
:)